En el núcleo de la Acción por el Clima

“Incluso aumentos moderados en la concentración de dióxido de carbono atmosférico podrán provocar un calentamiento global significativo”.

A esta conclusión llegaba Eunice Foote en 1856. Probablemente aquella mujer no podía prever hasta qué punto sus primeros experimentos de laboratorio sobre el fenómeno del cambio climático, acabarían viéndose confirmados en el mundo real en los términos que hoy conocemos.

Un largo y tortuoso camino, de más de siglo y medio de recorrido, en el que la ciencia ha sido ignorada, cuestionada o relativizada, en la medida en que constituía un estorbo para un modelo que se decía de crecimiento, ocultando que lo era a costa del agotamiento.

La tenacidad de la comunidad científica internacional ha conseguido que la razón triunfe, pero para ello ha tenido que pagar un enorme precio en forma de tiempo, y con ello hemos agotado prácticamente todo el crédito del que disponíamos; no podemos comprar mucho más tiempo, porque éste se nos acaba. Es necesario reaccionar globalmente, y hacerlo ya.

Ha llegado el momento de movilizar sentimientos colectivos; emociones a las que apelan los jóvenes para exigir acción. Ese mundo, el de las emociones y los sentimientos, es el que habita el arte.

Pongámosle mucho corazón a la razón y ya nada nos podrá detener.

Hugo Morán Fernández

Secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

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